Oído en Madrid, y de muy buena fuente. El alcalde, señor Ruiz-Gallardón, da por concluido su ciclo de mayorías absolutas en la región -el ego le pide más (y tal vez un túnel desde Finisterra hasta Algeciras). Aunque no irá en las listas del Partido Popular para el 20-N, sí se cuenta con él como próximo ministro del Interior, siempre y cuando haya tantos simples o pobres desgraciados que se traguen el anzuelo de que Mariano Rajoy es un arma eficaz para mantener a raya a los mercados -¡ay, para, para, que mese descuelga el hígado! A falta de una cabeza visible en Madrid tras la última erupción del ego del señor Ruiz-Gallardón, todo apunta a que su puesto sería ocupado por la meritoria Ana Botella, que anda metida desde hace unos años en politiquerías, y si bien ha recibido el encargo de afrontar determinadas responsabilidades, ningún beneficio ha obtenido la ciudadanía de su acción, a menos que quiera hacerse responsable la donna de la gran cantidad de mierda que por todas partes se aprecia en la ciudad. (Lo veo poco probable, una mujer que necesita tres coches para ir a la peluquería y dice que los docentes trabajan menos que un administrativo del Ayuntamiento, persona cabal y bien informada). Puede que sólo a mí se me antoje, pero existe un cierto o muy preciso parecido de familia en el modo como se comportan los políticos del Partido Popular con responsabilidades de gestión -yo prefiero siempre ese término al más técnico de gobierno, y que por falta de cultura política no se puede aplicar a la sociedad española hasta que no elija con buena fe a sus representantes. Quiero decir que, por ejemplo, la Espe, que se encuentra al frente de los asuntos de la Comunidad de Madrid en general, lejos de gestionarla con eficacia, continuamente alimenta la bronca y el enfrentamiento guerracivilista. A mí me de una risa casi divina cuando le escucho decir que en la educación se están haciendo "huelgas políticas"... ¡Hombre, no van a ser huelgas de bocadillos! A acciones ideológicas y políticas -recortes sociales, pero subvención en el gasto de quienes pueden pagar sus colegios privados- les corresponden reacciones políticas -huelgas, manifestaciones... Hay que pensar en todo esto porque luego llegan las elecciones y elegimos a quien pone en mayor peligro la vida en sociedad y el progreso en todos sus aspectos, siempre creyendo que es mejor quien más cojones tiene (o más burro es), cuando lo que hay que valorar es otra cosa.
En un nivel inferior -y eso que la Espe ya se encuentra en uno de cuidado-, se dice en Madrid que Ana Botella se encarga de limpiar la ciudad y de recoger la basura. Bueno, con el pañuelo anudado en el pelo no se la ha visto, porque ella gestiona desde un despachito, ¿para qué se iba a querer un cargo público si no llevase asociada ninguna ostentación? Claro, visto así...
Un día tras otro, y no voy a decir que no haya nadie barriendo las calles de Madrid, yo me pregunto cómo puede parecer la ciudad un suburbio de La Paz o de Lima: las aceras huecas, socavadas, llenas de accidentes; las baldosas sueltas, mal colocadas; restos de obras domésticas en los rincones de las calles más céntricas, residuos orgánicos, mierdas de perro, restos de orina humana... Sería injusto atribuir la autoría de tales actos incívicos a Ana Botella -si tiene un despacho, con seguridad tiene su propio retrete. Yo no dudo de que en Madrid vivimos como cerdos porque se encuentran entre nosotros muchos hijos de la gran puta. No obstante, esta explicación resiste si la mierda de perro, el saco de obra o el cartón de vino fueran retirados al día siguiente de su aparición en mi calle. Cuando junto a una mierda perro aparecen dos, cuando a un saco le sucede un montón, cuando una meada humana se convierte en pegamento por la acumulación de fluidos, entonces tenemos un problema de gestión -de gobierno. No nos engañemos. Tenemos los españoles sobre todo un problema cultural: nos gusta la mierda en todas sus formas -la mierda en el arte, en la educación, en el ocio y, claro, en la política. ¡Cómo no iba a gustarnos la mierda en nuestras calles! No debe extrañarnos que los chinos se sientan aquí como en casa.
En el barrio ya empezamos a temer un alcaldato de Ana Botella tanto como a un bocado de su dentadura; tememos que confunda, porque estos populares todo lo confunden, su cargo con el de Delegada del Gobierno, sino presidenta de república, y vayamos de mal en peor, sin dedicar la atención debida a las grandes cosas pequeñas, que son nuestros problemas cotidianos. Un pueblo de retrasados mentales como el nuestro evoluciona adecuadamente hacia el Estado policial por falta de moral. Como no sabemos elegir a nuestros gobernantes, como las instituciones de gobierno han sido despojadas además de cualquier intencionalidad formativa, reaccionaria como es la derecha a la educación de las masas, puesto que todo puede conseguirse de ellas cuando son analfabetas, la sociedad española camina hacia la presencia omnisciente de la autoridad. Luego se habla por aquí de los países de nuestro entorno...
No puede sacarse otra conclusión: los problemas de los españoles no se resuelven con más dinero, sino con buenas leyes y mejores gobernantes. El Partido Popular sólo encuentra culpables en la fila de enfrente, actitud que lo hace todo más difícil -si no costase ya bastante someter la anarquía instintiva de los españoles para el bien común...
Creo que con una aventurera al frente de las cosas de los madrileños es suficiente.
¡No votéis al Partido Popular, hostias!
Yvs Jacob
sábado, 1 de octubre de 2011
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3 comentarios:
Lo que pasa es que también los del PSOE, parece que no se quieren enterar y parece que quieran seguir en la ingenuidad "guay", como dices tú. Me refiero a las propuestas electorales que daban ayer Rajoy y Rubalcaba. El primero hablaba de incentivos para la creación de empleo, lo cual podrá ser más ó menos efectivo y creíble en la tesitura actual de incapacidad de colocar nuestros productos y la avalancha de importaciones. Pero es que las propuestas que escuché ayer a Alfredo fueron: subir impuestos al alcohol y tabaco y un aumento de la paridad en la administración de las empresas... Me pareció a mí un poco...ahondar en la ingenuidad y no preocuparse de las verdaderas preocupaciones de los españoles. A lo mejor, hoy le toca a hablar de esos temas más urgentes y quizás más prácticos. Es que si no, la verdad, me dan ganas de no votar, muy a pesar mío, por la recuperación electoral de la izquierda, en espera de la izquierda más "científica" y menos guay.
Lo que pasa es que los del PSOE siguen en la ingenuidad "guay" como dices tú. Me refiero a las propuestas electorales que escuché ayer en el teldiario. Rajoy hablaba de acciones destinadas a incentivar el empleo (lo cual podrá ser más ó menos efectivo y creíble en estos tiempos de avalancha de importaciones y dificultad de coocr nuestros productos) pero parece más práctico que lo que escuché a Alfredo: subir impuestos al alcohol y aumentar los puestos directivos de las mujeres en las empresas. A ver si hoy le toca hablar de algo más urgente. Así, muy a mi pesar, se me van las ganas de votar para la recuperación electoral de la izquierda... por lo menos hasta que pueda votar a una izquierda más "científica" y menos "guay".
Ah sí y quería preguntarte por el dibujo del encabezamiento del blog, esa especie de danza de esos hombrecillos, ¿qué siginfica?¿lo has hecho tú?... perdón, ¿lo ha hecho usted?. Un saludo afectuoso.
carlos.
Gracias por su comentario, Carlos (no he podido verlo antes porque Blogger lo ha reconocido como "spam"). Tiene usted razón en cuanto a que en esta larga campaña electoral los españoles escucharemos propuestas muy ingeniosas. Creo, no obstante, que el mundo no está nada encaminado hacia una izquierda como la que en otros períodos de la historia permitió la aparición de los movimientos sindicales y de los partidos populares auténticos. Soy partidario de un mejor reparto de la riqueza, por supuesto, pero veo imposible una revolución "a la antigua". Ahora se habla de "revolución democrática", pero seguiremos viviendo en el mundo del dinero, mundo superpoblado, por lo demás, donde sobran mano de obra y emprendedores, al menos si consideramos a la totalidad de la población mundial como potencial consumidor, cualquiera que sea nuestro negocio. La globalización ha expandido tanto el mercado, ha llenado de tanta vulgaridad nuestro mundo y nuestras vidas que ya no nos es posible sustraernos a su enfermedad.
Y qué decir de los movimientos democráticos alternativos a la política institucional... No nos engañemos, la "democracia real" funciona a las mil maravillas con poblaciones pequeñas -de mano alzada- y cuando no se tienen dudas acerca de la identidad nacional, pero aquí en España... ¿48 millones de burros intentando ponerse de acuerdo sin las tradicionales instituciones burguesas?
Volviendo a los asuntos domésticos, considero el esfuerzo del PSOE por avanzar en la izquierda liberal, en tanto que no se conoce alternativa al libre mercado para mantener el Estado del bienestar. No obstante, no apoya, según lo entiendo, el descontrol absoluto. Pérez Rubalcaba estará buscando el modo de que se mueva el dinero sin disparar todavía más la deuda, que resta a nuestro Estado soberanía, al tomarse las decisiones sobre nuestra economía en buena parte por aquellos que nos hacen el préstamo. Todo esto es un error, nos coloca en una situación de continua debilidad.
Sería ingenuo creer, por último, que el problema que tenemos es sólo doméstico. Se trata de una cuestión ideológica: la seductora ideología que nos tortura ha triunfado impunemente porque todos hemos querido vivir del mismo modo, desde Islandia hasta el cuerno de África, y sólo hay una solución, que habrán de enviarnos los dioses en forma de meteorito gigante.
No me queda más que decirle que jamás podría votar al Partido Popular -ni siquiera planteármelo. Con el PSOE nadie nos mete dinero en el buzón, como a mucha gente de izquierdas le gustaría, pero se atiende, dentro de un sistema socioecómico mixto, a la periferia de un modo más justo de entender la sociedad, si bien no resulte de ello más que algún que otro derechito que deriva en polémica. El Partido Popular, a su pesar, ha convivido durante un tiempo con el sistema mixto que es el Estado liberal y social, pero como quienes son de verdad ricos no entienden el mundo de los pobres, y como los "populares" son tan analfabetos en el fondo respecto de las fuentes del auténtico liberalismo, ahora prefieren que se pague más por todo y que se cobre menos por más trabajo, algo que De Cospedal, con su casi cuarto de millón de euros al año, puede decirnos a los mileuritas y desempleados, que salimos, además, muy caros por querer educarnos y acudir al médico que ya pagamos con los impuestos -muy ridículos impuestos, como ridículos son los salarios. Ni hablar. A esta gente hay que darle con el látigo, del mismo modo que ellos nos tratan sin piedad. Podría entender que dudase usted entre votar al PSOE, a IU o un partido de izquierdas de su región, pero jamás tendré tanta inteligencia como para ponerme en el lugar de alguien que alterna PP-PSOE, aspecto que me desconcierta, ¿quién podría pensar que González Pons o Sorayita le representan? Inadmisible.
(La obra no es mía, sino de M. C. Escher, se titula "Encounter". Le dirijo hacia la página de su fundación: http://www.mcescher.com/
Un autor tan inquietante como relajante el efecto de sus creaciones, ¿no le parece?). Un saludo.
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