¡Qué castigo sufrimos los madrileños de bien!
Continuamente se aprecia la escasa disposición democrática de los dirigentes del Partido Popular. No hay ninguna duda: en el Partido Popular no comprenden en qué consiste la convivencia pacífica que se logra mediante la interrelación de intereses de clases o grupos dispares. Al contrario, el Partido Popular sólo interpreta la democracia como fuerza, es decir, imposición de una parte a la otra. Si esto ya es un error de concepto, y muy propio de la maniera española, todavía es peor cuando un tonto se pone al frente de los burros. Es lo que sucede en Madrid: una aventurera ignorante pretende dirigir la Comunidad, los asuntos serios que escapan a su alcance práctico e intelectual. La torpeza de la Espe debería impedirle para el gobierno. Por su simpleza y su falta de conocimiento, la Espe señala, significa criminales aquí y allá: en la sanidad, en la educación, en la Policía, en los sindicatos... Por todas partes encuentra delincuentes la derecha intolerante. Se ha visto estos días que en la Consejería de Educación y en todo el Gobierno de la Comunidad de Madrid no hay quien tenga la menor idea de cómo funciona un centro escolar, de cómo desempeña su tarea un docente. Ni puta idea. No obstante, se lanza la piedra, y tras ellas, a todo el regimiento de periolistos y pseudoperiolistos del fanatismo cerril que habrán de construir el pensamiento de los borregos que votan en masa al Partido Popular madrileño. No importa que muchos de esos borregos sean trabajadores que necesitan, aunque no puedan advertirlo, la existencia de los mejores servicios públicos, entiéndase, sin suplementos sobre sus impuestos. El daño ya ha sido hecho. Si no fuese ya difícil impartir clase y educar en valores en los centros escolares madrileños, se ofrece ahora la oportunidad de recibir una nueva humillación por parte de alumnos y padres, para quienes el docente de la educación pública es un ladrón, un sinvergüenza que se aprovecha del esfuerzo del pueblo para vivir ocioso en su vagancia a prueba de recortes. Gracias, Espe.
Uno se pregunta si de verdad necesitamos gobernantes en Madrid, si gobernar consiste en arrojar a unos ciudadanos a las garras de otros, con el peligro que ese vicio de la ademocracia pueda alimentar en un pueblo de analfabetos sociales como el español. Uno se pregunta si la autoridad del Estado no consiste precisamente en protegernos a unos de los otros. Lo que desde luego no necesitamos es que un tonto ascienda a los cielos del gobierno, porque el mal que trae con su tontería despierta los más irracionales instintos de los más primitivos que entre nosotros habitan.
Los educadores no pueden tolerar las palabras de la Espe ni mucho menos sus disculpas calculadas. Tenemos que pedir a esta señora que no saque más la cabeza del cesto de las zanahorias y que, por favor, se retire sin tardanza. ¡Qué tesón el de los inútiles! Por mucho que se empeñe, la historia sólo la recordará como una bárbara ignorante que tuvo la virtud de decir muchas y muy terribles estupideces, pero ninguna obra que no sea producto de su estupidez resistirá demasiado. La Espe da tanta pena como risa.
A los dirigentes del Partido Popular hay que hacerles llegar el siguiente lema derivado de la tonadilla famosa por el 15-M. Si los indignados cantaban "Lo llaman 'democracia' y no lo es", a los dirigentes del Partido Popular hay que decirles: "Democracia no es teocracia".
¡Huelga indefinida en la educación pública!
Yvs Jacob
jueves, 8 de septiembre de 2011
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