jueves, 16 de junio de 2011

Rodrigo de Rato nos comunica la nueva política de usura de Caja Madrid. "La Espe" monta su numerito de la semana

En los primeros meses de su nacimiento, Bankia ha obtenido unos estupendos beneficios. Pero, como es habitual, lejos de suponer eso un alivio para los clientes de Caja Madrid, resulta de una revisión de sus cláusulas un nuevo giro hacia la mayor usura. Nos comunica Rodrigo de Rato, niño rico que ha ido haciéndose mayor, y al que parece que hay que mantener siempre ocupado con el hambre de los demás, que Caja Madrid pasará a robarnos, no ya 1€ al mes por mantener nuestras libretas de ahorro abiertas en la era digital, sino 2€. El dato lo ofrece su carta bajo el título: 6€ trimestrales, que parece menos de lo que es, como si no fuese cada mes que graciosamente Caja Madrid te roba el miserable euro, doce meses al final de un año, que serán 24€, más la cuota por la tarjeta de débito, a partir de agosto de 2011.
Éste es el mundo al que seguimos perteneciendo después del 15 de mayo.
El terrorismo y la delincuencia tienen también su expresión legal. Del mismo modo que la ley permite el terrorismo urbanístico, con el crecimiento sin sentido de las ciudades, con sus remodelaciones caprichosas, igual contempla la ley la delincuencia económica, si acaso no es ésta la justificación de toda ley en la actualidad, puesto que el robo silencioso que lleva años oficiando Caja Madrid se corresponde con la normativa aprobada por el Banco de España a favor de la usura, a favor de la misera. Usura es el término para referir el abuso moral en lo que al dinero se refiere. Es cierto que las instituciones bancarias prestan servicios, pero disponen también del dinero que los ciudadanos les confían. Como aquél nunca es suficiente, las entidades bancarias se permiten despreciarlo, siempre en connivencia con el Banco de España.
Debo decir que las nuevas cláusulas de abuso y robo se ejecutarán en aquellos casos en que el titular de una libreta o cuenta carece de nómina o pensión, y no es menor de 26 años. Se trata, en efecto, del perfil del desempleado español, que ni siquiera recibe una prestación de desempleo. A este ciudadano pasa a robarle Caja Madrid, no ya una, sino dos barras de pan al mes. Atentos, que la cosa se puede poner todavía más chunga como sigamos jugando con fuego.


Sería imposible para mi odio no comentar el numerito que nos ha regalado la presidenta de la Comunidad esta mañana, que ha tomado la investidura en el cargo para la nueva legislatura como quien va de bautizo, o lo que es igual, ha confundido lo público con lo privado, que de ella no le interesa a nadie. Con lagrimitas y todo ha interpretado la Espe el papel del político emocionado al serle entregada la gestión de los recursos públicos. Le ha faltado que la creyésemos, sobre todo los miles de desempleados jóvenes a los que ha condenado su liberalismo fatal y neófito, cuyo principio fundamental es que el empleo público sólo existe para mantener a ladrones y delincuentes que viven del dinero de los impuestos, que es así como una derecha muy específica entiende a los funcionarios de la sanidad y de la educación en Madrid. Me ha partido el corazón.
Hace poco escuché en la radio a un periodista que intentaba convencer a la audiencia de la incuestionable fiabilidad de la categoría de número como criterio. Según este cerebro -creo que el dueño es Paco Giménez Alemán-, 10 millones de personas no se pueden equivocar. Se entiende que estos 10 millones son los que votan al Partido Popular, porque los que votan a otros grupos viven en el error permanente, pero no cuentan igual.
En Madrid, los votos obtenidos por el Partido Popular fueron tantos como para que nos den bien por el culo a todos, hayamos elegido a la Espe o no. Luego, sí, queridos periolistos, 10 millones se equivocan igual que se equivocan 2oo y 1000. Hay que seguir leyendo a Descartes, el pseudoconocimiento y la opinión están causando estragos entre los españoles.


Yvs Jacob

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