Menudo Robin Hood está hecho el presidente. Ya se sabe que a la derecha no le gustan la promoción ni el mantenimiento de vagos, enemiga de subsidios como es -ay, pero la predestinación...-, y debe de resultar molesto para el presidente del Gobierno de un país pobre que tanto pobre no le permita ser el presidente de un país rico, y es que Zambia parece hoy más que nunca a la vuelta de la esquina, tanto que se había confiado en la globalización. Pero en estos días anda el presidente muy ocupado con la cuestión de la riqueza, no de la pobreza, que no interesa a nadie. La semana pasada, Ana Botella recordó a los madrileños que había entre ellos unos más ricos que otros -¡policías, bomberos...!-, y Mariano Rajoy ha identificado a otro colectivo, como se suele decir, más peligroso, el de los desempleados de larga duración a los que el Estado tiene que mantener con una prestación de 400 € porque no hay bares para tantos camareros -"aquí hay que meter mano", habría dicho el presidente, según "fuentes cercanas a Moncloa". Con cerca de 6 millones de desempleados, a Mariano Hood no se le ha ocurrido otra cosa que la redistribución por desamparo, esto es, quitar la prestación a algunos que la necesitan para aumentar en 50 € la de otros que no están mucho peor. Esta nueva versión de la mítica figura de la justicia toma distancia respecto de las anteriores. La original, así cabe creerlo, robaba a los ricos para dárselo a los pobres, y fue sustituida por otra, dígase universal, que robaba a los pobres para dárselo a los ricos, pero nunca hasta hoy se había quitado a unos pobres para dar una limosna a otros, pues 50 €, por mucho que con una prestación se quiera mantener a otros desempleados -ese vicio de los pobres-, no alcanzan para nada, y si continúa subiendo el precio del tabaco... ¿Qué será lo siguiente, disparar a los patitos en la oficina de desempleo? Yo propongo que se legalice el duelo, que se cite a los parados de dos en dos, que elijan armas y que se maten: subsidio patrocinado por Loterías y apuestas del Estado.
Yvs Jacob
jueves, 23 de agosto de 2012
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