Sin duda, unos hilillos de literatura.
No se me ocurre qué podrá contar Mariano Rajoy en un libro semejante. "Y abrí la página 8 del Marca y me enteré de la última victoria del Elche...", "¡qué bicicleta másh bonita la de Alberto Contador en aquella 'crono' legendaria...", "por entonces she jugaba al balonceshto con un calzón másh eshtrechito...".
No sé... la verdad es que no sé. A Mariano Rajoy le sucede lo que a muchísima gente que se dedica a la política en España: pasa uno buena parte de su vida soportando su imagen en los medios de comunicación sin el menor apetito por conocer nada acerca de ellos, y eso que algunos aspiran a gobernarnos a todos.
En el Partido Popular, aparte de la obra extensa de Fraga Iribarne -hace apenas una semana encontré en una librería de lance hasta un Reglamento del Congreso, puro vicio de grafomanía-, fue José María Aznar quien cayó primero en la ficción de que su vida podía interesar a alguien. Como no se daba por satisfecho con ninguno de sus libelillos, José María ha publicado muchos más -todos tan... tan... No sé... (¡Y qué bien hubieran venido a las generaciones ahora tan mayores los cursos de masturbación que se decía estaban impartiéndose en Extremadura hace unos meses!).
Ahora que abordo este asunto de la gran cultura, me viene a la memoria una chancilla que me contara un antiguo compañero de la universidad. Para una de aquellas terribles asignaturas que tanta formación nos deparó, Teoría y crítica del arte, se propuso este joven orteguiano escribir un breve ensayo definitivo, como son siempre los juicios universitarios, acerca de no sé qué, lo que fuese que lo llevó hasta un montón de libros de saldo donde se encontraba uno de Federico Jiménez Losantos, La última salida de Manuel Azaña. Tras comprarlo, mi compañero, anduvo bastante inquieto, porque tenía serias dudas acerca de quién era el autor, cuyo nombre le sonaba bastante... -admitamos que un universitario no tiene por qué conocerlo todo... en tan poco tiempo.
"¡Tío, pero cómo has comprando esta mierda!".
"Trescientas pesetas...".
"¿Pero es que no sabes quién es?".
"No lo tenía muy claro...".
"¡Tío, tío, tío...! Y no lo habrás leído, ¿no?".
"¡No, no! No me ha dado tiempo".
Sería el año primero, o puede que el segundo, de la era del reciclaje, pero el volumen terminó en la basura convencional orgánica, y en su traslado hasta el cubo se usó un guante de látex.
No veo fácil que el Partido Popular me gane para su literatura, ya puede escribir Ana Mato un manual de bronceado, o Ana Botella una exposición del trastorno psicoperceptivo que le impide ver, sobre un plano de Madrid, otro barrio que no sea aquel donde tiene el despachito y la peluquería.
Eso sí, no me importará echar una ojeada a las futuras memorias de la Espe -Confieso lo que me sale de ahí (tal vez Por mi chirla bonita no sea del agrado de Luis María Anson). "Aquello estaba lleno de hijoputas de la ceja, pero eructé de todas formas..." -imagino que éste será su estilo.
Sobre el librito de Mariano Rajoy debe observarse lo siguiente: es bastante delgadillo y se titula En confianza... y eso que presume de llevar treinta años vagando de un sitio para otro... ¡en la política!
Algo más. Desde hace unos días, conoce la mayoría de los españoles que Mariano Rajoy es propietario de cuatro casas y una oficina, y conoce también quien quiere enterarse de su posición respecto del Impuesto de Patrimonio. Según Rajoy, no es necesario tener una gran fortuna para considerar que el modo de obtenerla es siempre el trabajo -¡jájaja!, ¡qué tontos somos! ¡Si al final vamos a tener un gallego gracioso! Esta idea ya la conocíamos los españoles, y se trata del tan loado premio al esfuerzo. Pero hay que recordarle a Rajoy, o informarle, porque a lo mejor no lo sabe, que quienes carecemos de patrimonio también lo debemos al trabajo, y es que la mayoría de los españoles ni hereda ni tiene nada con lo que especular, pero resulta muy productiva para quienes se aprovechan de su esfuerzo. Esto se lo digo aquí a Mariano por eso que tiene él de querer gobernarnos. Y todavía habrá un buen montón de idiotas que le darán su voto...
Yvs Jacob
P. D.: Muchos me pedís consejo para formaros una opinión sobre el "caso Carlos Carnicero". Por el momento, no tengo nada que decir -he visto unas fotografías recientes de Carnicero y creo que todavía no tengo la grasa suficiente como para chocar con ese toro. No obstante, tengo bien claro que con Juan Echanove no hemos salido ganando.
lunes, 19 de septiembre de 2011
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