Temblaban en Cataluña y temblaban también en Madrid quienes siembran y recogen almas en las confusamente llamadas 'clases medias'. Por parte de CiU, se recordó al Gobierno de España la existencia de un acuerdo político (?) que comprometía a la Administración central a no atropellar a las clases medias con impuestos más altos; y en Madrid, el Partido Popular salió en defensa de sí mismo, es decir, pataleó contra la iniciativa de buscar una solución a la crisis económica, en su versión española, se entiende. Es siempre una sorpresa que el Partido Popular obtenga tantos votos en las elecciones generales, y lo es que se presente ahora como defensor de las clases medias, concepto ambiguo, versátil, político. Si sólo pertenecieran sus votantes a estas últimas, entonces no tendría el Partido Popular ninguna opción de gobierno fuera de las fortalezas residenciales para pijos en las zonas más selectas del territorio español. Pero lo cierto es que sus votos se aproximan y superan a la otra formación política que sí se nutre de un estrato económico más homogéneo. Luego el Partido Popular llega al corazón de muchos españoles cuyo salario no permite incluirlos en la denominación 'clase media'. El concepto 'clase media' como categoría socioeconómica en España no se libra de los caprichos de la ilusión, igual que sucede a cualquier otro con el que se pretenda percibir una realidad sin verla. La preocupación de los partidos despiadadamente burgueses y clasistas por las clases medias se aprecia de otra manera si se toma en consideración la ayuda que el Estado gestiona para las personas desempleadas y sin expectativas envidiables. Es posible que muchos de los que ahora alborotan las oficinas del INEM para formalizar la prestación de apenas 400€ hayan votado al Partido Popular en las últimas y múltiples elecciones de las que disfrutan los españoles una vez parió la democracia en esta tierra singular, siempre seca y tan huraña; y es posible que no hayan votado siquiera. No obstante, nadie ha salido en defensa de ellos, salvo el Gobierno. El Partido Popular anda más preocupado por el gasto público, donde se incluyen las inversiones en infraestructuras, y por lo que pueda arrebatarles el Estado (socialista) a sus votantes más exquisitos. Si el Gobierno acepta subir los impuestos a las rentas anuales superiores a 50.000€, podría hablarse de un misterio acerca de la naturaleza de las clases medias: ¿cuándo pasa uno de ser trabajador a ser 'rico'? ¿Con 60.000 ó con 30.000€?
España ha cultivado con esmero la confusión, sea cual sea el ámbito de estudio. Su población se cuenta entre las más confundidas de Occidente. España no tiene una sociedad del bienestar, sino una sociedad que es víctima de esa ilusión; el hecho de que los trabajadores puedan adquirir hoy más cosas que antes no los aupado a una clase más alta, aunque cambien de vehículo y de residencia y apetezcan con idéntica agudeza todo lo absurdo y lo disfruten sin placer. Las clases medias comienzan muy por encima del salario que ganaban quienes hoy están sin empleo y ofrecieron su voto a unos pescuezos alargados que los miran con desprecio.
Al Partido Popular le preocupa saber cuánto dinero les va a costar a sus votantes 'ricos' ayudar a la gran parte de la población que ha perjudicado su futuro por envidiar a esa facción que nunca sale perdiendo, la misma que para sobrevivir necesita que los pobres empleen su tiempo en el trabajo y en el consumo. El disparate español ha conducido a muchos individuos a auparse por sí mismos en el pasado, a identificar de modo incoherente su situación económica con la representación política equivocada. De nuevo, sólo el dato que debe observarse con detenimiento, la irrisoria cantidad con que el Estado puede auxiliar a las familias improductivas: 400€, es una medida real de la pobreza -o riqueza- de una sociedad.
Yvs Jacob
lunes, 7 de septiembre de 2009
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2 comentarios:
Franco le dijo una vez a Vernon Walters, el generalote yanki en España, que el verdadero monumento a su persona no era la cruz esa gigantesca del Valle de los Caídos, sino la clase media española.
Por mucho que sea un estrato muy magro (en España el 65% de la gente gana 1.000 euros mensuales), sí se ha configurado como idearium en el cual se han instalado soñadoramente los españoles, que fingen pertenecer a ella o lo desean. En cualquier caso todo aquí es consecuencia cancerosa del franquismo. La clase media, ese regalo del franquismo que envenena conciencias y atrofia al personal. Se acabó la clase media, a tomar por culo.
Hola, Clovis:
Mi relación con el Valle de los Caídos está monopolizada por una excursión que hice con el colegio en 5º de EGB. Debo decir que el colegio era público, aunque rezásemos el Ave María y nos llevaran de excursión a contemplar tan soberbio monumento al odio. Parece que todavía en el año 88 algunos no se habían enterado de que algo había cambiado, si bien poco. Por lo demás, ante la tumba del santo varón, Amor de las Españas, un compañero vertió una expectoración de las que hay que levantar con espátula y la mirada perdida. Los demás no sabíamos muy bien si era correcto escupir ante una tumba y tragamos saliva dudando de la idoneidad de exhibir el sepulcro de un enemigo de la razón. Quiero añadir todavía que la historia, incluso la personal, es rica en ironía, y que mi compañero es miembro de la Guardia Civil. Sabe Dios lo mucho que amaba aquella España rancia al cuerpo serrano del orden. Por último, tuve como profesor en la universidad al forense que había preparado la momia del gran cerebro militar, galleguísimo y simplón. Demasiado franquismo.
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