viernes, 10 de julio de 2009

Camps 'el egipcio'

A mí los trajes de Camps me importan una mierda, casi tan poco como a él, lo que me intriga es su bronceado. Líbreme el dios de doña Rita Barberá de envidiar el bronceado ajeno. Obsérvese que doña Rita, que vive en Valencia capital, muestra una piel muy blanca, y no así Camps, Camps 'el egipcio'. Además, Camps 'el egipcio' está moreno incluso en los meses de bronceado artificial. Comprendo que doña Rita no se arroje a las playas valencianas: 'los verdes' podrían pensar que se maltrata al ejemplar de alguna especie un tanto tosca en el diseño divino. Y, con rigor, que doña Rita no se bañe lo acepto como al resto de las prohibiciones del sentido común: no arrojar colillas, no abandonar residuos..., pequeños gestos que hablan de la civilización, hostias.
Pero Camps, Camps 'el egipcio'... Un bronceado como el suyo sólo se consigue a fuerza de tocarse uno los cojones un día y otro, y otro, otro, otro... No me sorprende que haya caído en una 'trama'. Es un riesgo posible dentro del ocio. El estilo de los presidentes de las Comunidades Autónomas gobernadas por el Partido Popular es singular: ¡cómo se tocan los cojones!, o lo que es igual, un zaplanismo avanzado. ¿Y cómo podría ser de otra manera, cuando la ciudadanía cazurra te votaría aunque fueras un especulador de la cocaína?
Pero Camps, Camps 'el egipcio'... He intentado superar la prueba de contemplar una fotografía de su rostro siniestro. Era inquietante, sin duda. Sé que es arriesgado juzgar a alguien por su alopecia y por otros rasgos crueles del ingenio divino, pero no alcanzo a comprender cómo puede alguien votar a este satirillo alargado, ¿tan feo es siempre el candidato del PSOE?


Camps, pronto vas a quedar en el Libro de los Muertos.


Yvs Jacob

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